El poder de la caña

Debe ser la alegría con la que se realiza todo su trabajo, el alma dulce que tienen las tierras nariñenses o la buena energía que tienen sus trabajadores, que hacen un proceso mágico durante extenuantes 14 horas diarias y todo para poder convertir la caña de azúcar en PANELA, la cual es uno de los pilares de la alimentación colombiana. Esta alegría genera una energía que se contagia y se transmite hasta el punto de lograr que sea el departamento de nariño un lugar para tener en la lista de sitios para recordar por siempre. Molé, trapiche, molé,
molé la caña en tu muela;
de la caña sale la miel,
y de la miel, la panela,
Molé trapiche molé,
molé la caña dorada,
molela a la media noche,
molela a la madrugada. “Angél Cuervo". Amanece el día encomendados a la virgen, un día que todavía es de noche.El esfuerzo en la cara de todos aquellos que comienzan con el afán de cumplir sus funciones.El camión prende humo para coger carretera, caballos listos para el cargue mientras los hombres cubren sus rostros.En un amanecer que augura un día mágicamente soleado, se encuentran campesinos que con disciplina y ritmo logran llenar caballos con cargas de caña, que emprenden viaje hasta un lugar único: El trapiche. Vapores y olores se concentran en este lugar, montañas de paja que serán el combustible para una jornada llena de color y energía. El sudor a flor de piel encarnizando el empuje de trabajadores que dejan su vida día a día en este lugar que se convierte en "hogar", pues las horas de trabajo hacen que sus compañeros se conviertan en complices, amigos y "panas" . De esta manera se da un producto exquisito, propio de nuestra cultura, arraigandonos a los orígenes de los productos simples, nutritivos y versátiles: La Panela.

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